miércoles, 21 de septiembre de 2016

¡Hasta pronto verano...bienvenido otoño!

Hoy es un día importante para nosotros, es un día que celebramos muy especialmente en Raíces y Flores; como cada cambio de estación, nos despedimos del verano para darle paso al otoño.
Hoy en especial, 21 de septiembre se produce el llamado equinoccio de otoño, momento en el cual la duración del día y la noche es equivalente; este fenómeno se interpreta desde tiempo antiguos en que el mundo esta equilibrado y me parece precioso poder celebrarlo y transmitirle esto a los niños y niñas. Ellos todavía no buscan grandes explicaciones pero lo sienten, sienten el cambio y eso es lo más bello.
Hoy hemos pasado una mañana maravillosa, fabricando y recortando hojas de goma eva, comiendo higos y mermelada de calabaza y bailando y danzando por todo lo alto.
Ya poco a poco nos vamos preparando para el invierno, comiendo y absorviendo la energía de los ricos frutos que nos dan los arboles, adaptándonos poco a poco al temporal, recogiéndonos y preparando nuestro cobijo.
Comparto con vosotras un texto precioso sobre el otoño, de Jose María Toro, me gusta no solo por el cambio de estación, si no por la relación que tiene con todo lo que estamos viviendo en este mes en el espacio.
Es momento de soltarse, lindas hojas, de vuestros queridos árboles.

                    "Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja. 
                Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” 
                sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse. 
                Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento. 
                Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad 
                y profundo de sabiduría:
                la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire 
                sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento 
                y en actitud de renovación.
                La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella 
                es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja. 
               La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento 
               traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente 
               para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.  
               Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma 
               ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!. 
               Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente 
               a la brisa de su propia entrega y libertad. 
              Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad 
              ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera. 
              Reconozco y confieso públicamente, 
              ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana,   
              que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas.
              Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote. 
              ¡Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, 
              con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, 
              con este entorno ya conocido…    
              Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas 
              que “se dejan caer”
              Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, 
              confianza, esplendidez y donación.
     Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, 
     el desprenderse   de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso. 
     Sólo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, 
     tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso  
     y caerán al suelo por el peso de su propio dolor."


domingo, 18 de septiembre de 2016

Jugar a ser perseguido nos hace sentir importantes

Es curioso ir descubriendo con la experiencia como el comportamiento de cada niño y niña tiene su sentido y explicación. En esta semana, como en la mayoría, ha cobrado protagonismo el movimiento, el libre movimiento.

Hemos descubierto un juego que nos ha encantado. Consiste en que nos convertirmos en ratones y sentimos el placer de ser perseguidos, con una gran tela roja que nos atrapa.
También hemos sentido el placer de escondernos y ser envueltos, cubiertos por una tela que nos protege del exterior, como recordando estar en el vientre materno.
Hemos sentido el placer de girar sobre nuestro propio eje corporal, desde lo alto de un colchón a modo de tobogán, simulando ser croquetas que son rebozadas, cocinadas y despues degustadas.
Hemos sentido el placer de caer al vacio saltando desde diferentes alturas.

Cuando analizamos el comportamiento de los/as niños/as, al observar este tipo de interacciones, nos pueden parecer juegos sin más, pero todos ellos tienen su significado y su función.
Aucoutier, uno de nuestros referentes más cercanos, tras sus 40 años de experiencia habla de la relación precisamente en estas edades de esta tipología de juegos con la conquista de la independencia y adquisición de la autonomía, de la relación que tienen con la separación y diferenciación de los padres para ser y sentirse un ser único e importante, con ideas diferentes y criterio diferente.
Cuando los acompañantes conocemos y experimentamos esto nos ayuda a ser un poquito más conscientes de la verdadera importancia del juego libre en la infancia, del juego libre espontáneo, sin juguetes que los distraigan y los desconecten.

Además de todo lo mencionado anteriormente, hemos experimentado el placer de la lectura y del contar historias, de construir castillos en la arena y destruirlos, de manipular la arcilla y crear con ella, de sentir la lluvia sobre nosotros, su olor, su frescor, de observar los insectos y las gallinas y demás seres vivos del espacio, de oler las plantas y probarlas, de comer las ricas granadas y deliciosos limones que nos dan nuestros árboles, de jugar con el agua, de conectarnos con ella, de disfrutar de los ricos alimentos que traemos, de probar nuevos sabores, de sentir el sol y el aire directamente sobre nuestra propia piel.
¿Podéis sentirlo como ellos/as?

Unai, África, Iris y Mateo en el momento evolutivo en el que están necesitan hacer esto y nosotros confiamos y les acompañamos en ello. Nuestras mañanas las organizamos en base a eso, ellos/as hacen sus propuestas y nosotros las vamos haciendo realidad por orden de llegada. Los niños y niñas vienen cargados de propuestas, durante la mañana hacemos y aprendemos infinidad de cosas; tenemos nuestros momentos de reunión grupal que surgen de manera espontánea, compartimos nuestros alimentos, nos contamos cosas que nos preocupan y nos inquietan, tenemos momentos de mucha concentración, momentos en los que trabajamos la destreza de nuestras manos, momentos de auténtica expansión, momentos de soledad y momentos de compañia, vivimos juntos infinidad de emociones, nos las contamos y las expresamos sin miedo. Es mágico darse cuenta que un niño cuando llora y expresa, a veces nos quiere decir algo, pero otras veces simplemente necesita hacerlo; descubrirlo, es conectarnos con su necesidad. Cuanta importancia tiene confiar en ellos, en su proceso, sin crear ningún tipo de expectativa, sin juicios.
A partir de ahí todo fluye solo.

Esta maravillosa semana la finalizamos con nuestra primera convivencia de familias, en la que hemos pasado un día fantástico compartiendo en comunidad, esta vez en casa de África y su familia, y...además ¡aprovechamos para celebrar su cumple!

Nos vamos acercando a una nueva estación, a un nuevo cambio
...en esta semana que entra hacemos nuestra despedida formal (porque realmente el calor continua) de nuestro querido y caluroso verano para darle paso al otoño.
¿Que regalos nos traerá esta vez?

Aquí os dejamos con algunos momentos de la semana.



1ª Convivencia del curso

 Haciendo carreteras

 Arcilla



 Queremos a Nahuel

 Jugando a las tiendas

 Saboreando hielo

 Construcciones

 Construimos y destruimos con arena

 Figuras de arcilla

 ¡LLueve!

 Haciendo letras con las vías del tren

Comiendo pasta con tomate

lunes, 12 de septiembre de 2016

Hoy es el primer día de nuestra segunda semana


El pasado lunes día 5 de Septiembre los/as niños/as que este año nos acompañan en este maravilloso mundo de criar y educar en comunidad, comenzaron a descubrir un espacio nuevo para ellos, lleno de misterios y tesoros por descubrir, nuevas personas de diferentes tamaños y que parecen tener muchas cosas en común,
acompañados de su punto más seguro para abrirse al mundo del sentir, observar y escuchar al otro.

El primer niño en llegar fue Mateo, el lleva ya dos años viniendo y ya siente el espacio como su propia casa. Lo primero y más importante que le brotaba de dentro era contarme lo bello que le resultaba la formación de los terremotos, al haber visitado durante sus vacaciones un museo de naturaleza, contándome con exactitud su proceso: los terremotos se producen cuando dos placas tectónicas se chocan...etc. no tiene más de 3 años y medio.

La siguiente en llegar fue Iris, que después de su respectivo sostén en brazos, no tardó en juntarse con su amigo Mateo, al que también tenía muchas ganas de contarle todas las aventuras.

El siguiente en llegar fue Dani, una pequeña y gran persona, acompañado por su padre, con la alegría rebosando en su cara. El más pequeño por su tiempo y tamaño, con tan solo 12 meses.

El siguiente en llegar fue Unai, con su mamá y hermanito, seguro y dispuesto a enfrentarse a una nueva experiencia. Observando comportamientos y maneras de hacer, poco a poco se fue juntando cada vez más, preguntando y conociendo y con muchas ganas de interactuar en el grupo.

Y por último llegó Africa acompañada de su mamá y hermanito, directa al tobogán, su lugar favorito hasta ahora, disfrutando de la oportunidad que le brinda el espacio junto a su mamá.

Es precioso poder ver como los niños y las niñas poco a poco, cada uno a su ritmo, van cogiendo confianza, van sintiéndose en un sitio nuevo, van acercándose a las personas, las tocan, las miran, se enfadan y se dan cuenta que otras personas pueden sostenerlos y acompañarlos con respeto y amor.

Después por la tarde celebramos por todo lo alto este nuevo comienzo, con una rica tarta de calabaza casera y una infusión fresquita. Se nos hizo de noche...y para ser el primer día ¡acabamos muy cansados!

Hoy, una semana después, ha empezado a venir a compartir sus mañanas con nosotros, Álvaro, un chico encantador que conecta con los niños y las niñas de una manera sorprendente. ¡Bienvenido!

Aquí os dejo algunas imágenes de estos días.


Con turuleta

 De paseo por el supermercado








sábado, 3 de septiembre de 2016

¡Volvemos a empezar!

Después de un fantástico mes de agosto, en el que hemos podido recargar energía, conocer nuevos lugares, nutrirnos de naturaleza y belleza y cultivar nuevas ideas, volvemos a otro maravilloso lugar y espacio como nuestra casa: Raíces y Flores.

¡Dentro de poco nos volvemos a encontrar las familias!
Algunas se aventuran a emprender un nuevo camino y se apuntan a pasar las mañanas con nosotros/as.
¡Bienvenidas!
Otras continuamos con esta bella tarea que es acompañar a los niños y niñas y a sus familias día a día, aprendiendo por momentos de cada persona que se nos cruza en el camino.

El día 5 de septiembre comenzamos el curso y celebraremos el empiece de una nueva experiencia.

Además, como os he comentado anteriormente, venimos cargados de nuevas ideas y éste curso ampliamos nuestro horario creando un nuevo grupo por la tarde.
En principio hemos establecido un horario de 5 horas máximo; sería de lunes a viernes de 14:00 a 19:00 h. Aún así, estamos abiertos a valorar cualquier propuesta y necesidad de cada familia.

La aportación económica sería la misma que por la mañana, siendo:
Niños menores de 18 meses: 350 €
Niños/as de 18 meses a 3 años: 300 €
Niños mayores de 3 años: 300 € que se podrá reducir a 250 € en el caso de llegar a 8 niños/as. 

Los descuentos por hermanos y las asistencia por horas y días sueltos también podemos valorarla.

¡Dentro de poco os informaremos de más sorpresas! 

Podéis escribirnos a info@enredandoencuentros.org o llamarnos al 618674382.

Un gran abrazo.