viernes, 15 de agosto de 2014

Crianza y educación consciente... a contracorriente

La mirada sensible, respetuosa, amable, complice... la escucha atenta y activa, la presencia ligera del adulto que sabe de su lugar en el cosmos, en la tierra, en la familia, en el espacio educativo... que va descubriéndose a sí mismo en la compañía de su hijo/a y de los/as bebés y bebas, niños y niñas con quienes comparte su quehacer cotidiano de crianza y educación.

La corriente.. las dinámicas sociales, culturales y educativas predominantes, generalizadas, homogeneizantes nos dirimen entre una búsqueda hacia nuestro interior frente a la segmentación de nuestro ser. La crianza y educación consciente nos enfrenta día a día a múltiples conflictos, contradicciones, búsquedas e interrogantes que siembran dudas en nuestras seguridades cultivadas en el transcurso de los años, y en la propia crianza y educación recibida de nuestras familias, escuelas y sistema sociocultural.


Sentir, observar, escuchar y pensar... para continuar atendiendo a nuestro corazón, la razón, la experiencia, el deseo de aprender.... seguir creciendo y buscando lo mejor de nosotros/as en nuestra relación con hijos/as, bebés/as, niños y niñas.

Cada día nos formulamos nuevas preguntas para seguir re-construyendonos a nosotros/as en el diálogo directo y verdadero con los/as hijos/as y las familias con las que construimos un espacio educativo de respeto en un clima de confianza.

¿Cómo explicar lo sentido cuando una niña de a penas 3 años te dice que te quiere? Y de un modo sencillo explica que sueña contigo y con tu compañera, y con tu hija. ¿Qué verdad se oculta detrás de una manifestación sincera y emocional como ésta? ¿qué teje la vida entre las personas para que no sólo se construyan estas relaciones si no que además se puedan compartir, decir? Porque probablemente esto surja en muchas ocasiones más, pero no se comparte, se silencia el deseo del decir, se oculta el sentimiento en lo más profundo de nuestro ser. La sociedad adulta nos enseña en muchas ocasiones a descalificar de subjetivo y superfluo, carnal y atrevido lo sentido, relegando lo emocional al silencio y al mundo de las pasiones prohibidas.

Lo consciente nos interroga en nuestro ser, nos cuestiona y pregunta ¿por qué? ¿para qué? ¿cómo? ¿qué sentido tiene? ¿qué provoca o sugiere?.... nos obliga a repensar lo hecho, lo dicho, lo sentido, lo sucedido... para seguir construyendo praxis de crianza y educación conscientes.

Apasionante, cansado, aterrador, gratificante, divertido, dinámico, duro, doloroso, comprometido.... más y más términos sirven para definir o caracterizar nuestra labor como padre/madre/educador-a.

La investigación-acción como modo de acercarnos a la crianza y la educación consciente, nos hace recabar información sobre los acontecimientos y situaciones, ordenarlos y organizarlos, sistematizarlos en cuadernos, fichas, entrevistas, tutorías, grabaciones, etc. para después analizarlos y extraer en el proceso: enseñanzas, nuevos aprendizajes y experiencias que nos sirvan en el día a día para construir modelos pedagógicos, educativos y de crianza.


¿Cómo caracterizar los modos de criar, educar y crecer en un espacio de educación libre y crianza en comunidad? Ésta es la tarea investigativa en que nos hemos embarcado en Raíces y Flores, con bebés/as y niños/as de entre 0 y 6 años.